El dia anterior no habia hecho una cena fuerte, fué un dia como otro cualquiera en lo que a la alimentación se refiere, por lo que me levante con hambre 8:00 una mandarina, con esto engañe un poco al estomago, y me fui a hacer mis quehaceres mañaneros, hasta las 11 00 que empezaba a ser hora de gimnasio y me tome 10: 45 té verde sin añadidos ese puntito amargo y calentito fué un manjar que ademas me dió las energias para moverme bien en el gimnasio, y aunque la rutina de pesas no es la recomendada en el libro, no tuve ningun problema en terminarla correctamente. Al volver 12:00 yogur natural desnatado. Luego comí a las 14:00 una mandarina. Y ya era hora de ir a trabajar, así que me metí una manzana para luego, y a las 18 00 una manzana, que la verdad comí por la sensación de llevar 4 horas sin comer nada, pero no tenía hambre, luego a las 19:30 otro té y a correr una horita, en la que asombrosamente no tuve la menor molestia de flatos ni nada. Tras volver y ducharme(21:00), ya era hora de la gran recompensa. Me decidí por una super ensalada con pollo queso mucha lechuga frutos secos, tomate y un par de huevos duros. La verdad es que era brutal, y me costó terminarla, incluso tuve q hacer pausas porque el hambre desaparecía, y tampoco era plan de tirar las sobras. Tras media hora de descanso, fue hora del postre, el afortunado fue un pudding con nata. Todo finalizado con una manzanilla. Un rato de tele y al sobre. No hubo pesadez, ni ninguna dificultad para dormir, todo lo contrario, como la seda.
IMPRESIONES: En las horas de la comida y del desayuno, sientes como que te falta algo, pero a la horilla o así, se te ha olvidado y no da mas señales de hambre, supongo que 20 años haciendo lo mismo, se termina cogiendo el hábito. Solo hay que eliminarlo.
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